lunes, 12 de abril de 2010

Bendito mundo

Escuchar conversaciones ajenas, así sin más cuando vas caminando a tu aire por la calle es fascinante, pero no en plan cotilla.

De las mejores con las que me he cruzado, me quedo con: "Está lleno de quinquis", impresionante la verdad. La frase salió de la boca de un hombrezuelo, un señor mayor que iba con su mujer (supongo), ya entrados en la sabiduría del mundo viejuno.


Algún día lo haré, sí señor, me senaré en un banco a conversar con señorinas, para que me den conversación, y mutuamente darles conversación; seguro que es más entretenido que muchas cosas que la gente hace a diario -y no me refiero al cumplimiento de las "obligaciones"-. Además, seguro que me ensañan a coser.

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